Por Miprv.com
El tinglar es la tortuga marina más grande que existe en nuestro planeta. Esta especie, que existe desde antes de que los dinosaurios existieran, es la tortuga marina que más distancia migra y sus enormes aletas delanteras le sirven para recorrer miles de kilómetros.
Cada dos o tres años los tinglares hembras se acercan a las aguas tropicales para anidar. En Puerto Rico, anida en las playas de Mayagüez, Añasco, Rincón, Río Grande, Isabela, Arecibo, Cabo Rojo, Guánica, Piñones, Luquillo, Fajardo, Dorado, Culebra, Humacao e Isla de Mona.
Estas áreas de anidaje han disminuido debido al desarrollo de las playas y las áreas costeras. Esta pérdida de habitáculo se debe principalmente a la construcción de proyectos residenciales, turísticos e industriales y a la expansión de zonas urbanas a zonas costeras.
Sin embargo, los reflejos de las luces en áreas desarrolladas (como el alumbrado directo de playas) produce desorientación tanto de las tortugas adultas como de neonatos, que cuando salen del nido, en vez de regresar al mar, se desorientan por las luces y van en dirección contraria al mar; donde son comidos por depredadores, matados por automóviles o mueren por exposición al sol.
Para crear conciencia sobre la importancia de limitar la contaminación lumínica, el Programa Nacional de Conservación y Manejo de Tortugas Marinas de Puerto Rico ha publicado el cuento infantil “Tina Tinglar y la contaminación lumínica”, ilustrado por Paco López-Mújica, conocido líder de la Reserva Natural Arrecife de Isla Verde.
El guión del cuento fue creado por López-Mújica y Carlos Diez, encargado del programa de tortugas del Departamento de Recursos Naturales.
LEE AQUÍ EL CUENTO Y COMPÁRTELO CON LOS NIÑOS EN TU VIDA: Tina Tinglar y la contaminación lumínica