Por Aniel Bigio
Especial para Miprv.com
El 16 de junio se conmemora el Día Mundial de las Tortugas Marinas en honor al Dr. Archie Carr, el “padre” de las tortugas marinas, quien creó el Caribbean Conservation Corporation (ahora Sea Turtle Conservancy, STC) en 1955 con el fin de conservar las tortugas marinas en Tortuguero, Costa Rica.
El Dr. Carr continuó su trabajo de investigación y monitoreo en Tortuguero hasta su muerte en 1987 y la STC aún continúa el proyecto, el cual representa el más largo y permanente programa de conservación y monitoreo de tortugas marinas en el mundo.
En Puerto Rico, el clima cálido, especialmente durante el verano, propicia que los tinglares, las tortugas más grandes en el planeta, lleguen a las costas para anidar.
De hecho, esos animales en muchas ocasiones llegan del norte o cruzan el Océano Atlántico para reproducirse, de acuerdo a Carlos Diez González, biólogo de la Oficina de Especies en Peligro de Extinción del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico.
“Al igual que las ballenas, ellas (las tortugas) buscan el trópico. Es decir, el calorcito y la temperatura tropical para reproducirse. Normalmente, estos animales habitan en aguas templadas”, indicó el especialista.
“Es un animal muy grande y no tiene escamas. Por lo tanto, necesita unas playas que sean libres de arrecife, para que no se lastimen cuando salgan, y que sean playas anchas, pues como es grande, necesitan espacio para anidar”.
Diez González detalló que en Puerto Rico, playas como la de Maunabo, las del Corredor Ecológico del Noreste o en Dorado sirven para que estos animales coloquen sus huevos.
“En el caso particular del tinglar, la época en la que se reproducen es en abril, mayo y junio. Esa es la temporada pico, pero en febrero y marzo también se han reportado nidos”, abundó.
De la misma forma, el funcionario destacó que un tinglar puede poner huevos de cada nueve a 12 días y lo puede repetir varias veces durante una misma temporada.
Sobre el tiempo que tardan en salir sus crías, dijo que, en promedio, puede llegar hasta 60 días, dependiendo de la temperatura del sol.
“El hecho de que se vea a una tortuga salir a la orilla a poner huevos es un proceso natural y si las personas lo ven, deben dejarla tranquila. La recomendación es que ella continúe el proceso sin la intervención de alguien, a menos que haya una amenaza directa, como puede ser un perro o, incluso, un humano” sostuvo.
Recordó, de igual forma, que el tinglar es una especie en peligro de extinción y hay estatutos federales que los protegen. De hecho, hay penalidades por acercarse al animal sin permiso o sin causa justificada.
A la fecha, unos mil nidos, aproximadamente, se han reportado en la Isla, aunque Diez González aclaró que son cifras extraoficiales que todas las semanas se actualizan.